miércoles, 27 de febrero de 2008

*La verdadera historia: LUJURIA DE UN DISEÑADOR*

El 17 de Noviembre de 1957 agentes policíacos de Plainfield Wisconsin entraban a la vieja granja de Eddi Gein porque se investigaba la desaparición de la señora Bernice Worden.Para empezar el lugar estaba lleno de basura y desperdicios por doquier al punto de dificultar el paso de las personas, el olor de mugre y descomposición era apenas soportable (un diseñador creativo siempre tiene muchísimo desorde en su estudio cuando esta creando). Arthur Schley el sheriff local inspeccionaba la cocina de la granja cuando sintió que algo rozaba su chaqueta y al alumbrar con su lámpara hacia arriba descubrió una enorme carcaza colgando del techo. No era raro en esas regiones de caza del estado ver los restos colgados de venados, pero le tomó unos cortos instantes reconocer el cuerpo decapitado y abierto de una mujer( si hubiese sido un venado, era menos grave?). El inventario de descubrimientos macabros (bue...originales) incluía lo siguiente: tazones de sopa hechos con la parte superior de cráneos humanos, una caja de zapatos llena de genitales femeninos curtidos, cajas con narices, pantallas de lámparas y cubiertas de sillas fabricadas en piel humana. Un cinturón hecho de pezones. Una cabeza y máscaras hechas de piel de la cara también fueron halladas, para finalmente hallar el más bizarro trofeo de aquella macabra (pero creativa) colección: una especie de chaqueta hecha de piel de mujer con su par de senos incluidos(waaaaw, a cuanto las venderia?).En sus tiempos libres leía innumerables revistas y pasquines de aventuras y de los hallazgos en islas y continentes remotos, donde aún existían tribus caníbales (todo diseñador creativo utilíza su tiempo libre para nuevas inspiraciones). Todo este rollo, psicólogos y psiquiatras se lo atribuyen a la madre de Eddi Gein, una mujer muy dominante y extremadamante religiosa. Tras la muerte de ella, su cuarto y varios mas de la casa fueron literalmente clausurados por Gein en honor a la difunta dejándolos en el estado en que ella los había dejado. Se habla mucho de las creaciones de Gein, como son el traje de piel de mujer que incorporaba vagina, pechos y piernas y de como se lo ponía para pretender que era su propia madre.Los investigadores opinan que Gein tomaba las partes de cuerpos femeninos que le interesaban para efectuar desviados ritos de tinte sexual (según declaraciones de Gein, nunca tuvo sexo con los cadáveres porque olían demasiado mal...).
La realidad era que tras la muerte de su madre por la que sentía una gran adoración, mientras que ésta en vida se encargó de maltratarlo bastante, la convirtió en su musa y fuente de toda inspiracion creativa como escapatoria a todo ese dolor reprimido ocasionado por ella. Entonces Eddi Gein acostumbraba leer los obituarios para conocer de la muerte de mujeres de mediana edad que le parecían semejantes a su madre. Desenterraba los cuerpos del cementerio local y utilizaba ciertas partes de ellos como materia prima para realizar sus diseños exclusivisimos de prendas únicas.. Las mujeres eran una obsesión para Gein por el poder que tenían sobre los hombres.En los años 50 se convirtió este hombre en toda una celebridad y también en uno de los más documentados casos que involucraban travestismo, fetichismo y necrofilia en una sola persona. Eddi Gein termino sus dias en una institución mental. Jamás daba problemas ni requería de las usuales drogas que se administran a los enfermos mentales para mantenerlos en calma. La única extravagancia visible era hacia el staff femenino de la institución a quienes dedicaba raras e intensas miradas que hacían sentir incomodidad.
Eddi Gain era, es y sera un transgresor de la moda...

Photograpy: Lux Noir
Model: Mina Vilanova



sábado, 9 de febrero de 2008

**La envidia es una declaración de inferioridad**

"¿Por qué ella y no yo?", se pregunta la envidiosa que no acepta el triunfo ajeno, sobre todo, cuando sabe que la persona envidiada es alguien que un día no tuvo nada y que otro día llega a tener todo.
Es casi natural que el envidioso busque por todos los medios la caída de su rival, impulsado por esa creencia innata de que nadie es tan capaz y merecedor de ser o tener lo que es o tiene el otro.
Los envidiosos, para procurar la caída de su rival: difaman, insultan, acusan y, lo que es peor, cuando ya no les queda más argumentos para hablar en contra, transforman la mentira en verdad y la verdad la convierten en basura, pues los envidiosos suelen ser como las serpientes venenosas y las navajas de doble filo.
Los envidiosos en potencia, que viven "a Dios rogando y con el mazo dando", tienen un denominador común: * suelen ejercitar la maledicencia y
* el gusto por encontrarle defectos al sujeto en cuestión,
* con el fin de exaltar sus debilidades y
* menoscabar sus virtudes;
En ningún otro oficio la envidia es tan evidente como en el arte y la política donde abundan quienes conspiran a espaldas de quienes ejercen la misma profesión, la rivalidad del colega se manifiesta no sólo en el celo y el odio, sino también en la traición y el crimen; o pero aún, donde el amigo de mayor confianza puede trocarse en el enemigo más irreconciliable,
El envidioso está acostumbrado a
* meter cizaña entre los amigos y parientes,
* con el propósito de lograr sus objetivos
* a base de engatusar y confabular mentiras.
Es un ser peligroso que puede convertir una cofradía en un nido de ratas y serpientes. ¡Ojo!, el envidioso se disfraza casi siempre de amigo, como el lobo de oveja, para causar un daño en el momento menos esperado, pues es un ser astuto que, aun siendo un pobre diablo, se ufana de tener más sapiencia y experiencia.
La envidia no perdona a quien se trepa a la cúspide de la pirámide o levanta un vuelo por encima del resto. La envidia es un arma poderosa que puede herir o agredir.
Dependiendo del ambiente en el que caiga, Tus éxitos pueden proporcionarte un gran respeto social o pueden ser tu tumba si acaso alimentas la envidia destructora de algunos que te conocen.
Cuanto mayor sea la diferencia y el agravio entre quien sobresale (y los otros) , mayor será la posibilidad de que uno sea envidiado de manera no sana y de que por tanto traten de hacerle daño.
De ahí que cuando se aparece un envidioso, lo mejor es no desarrollar confianza con estas personas y avanzar con los oídos tapados y los ojos bien abiertos, para no escuchar los falsos cantos de sirena ni caer en las trampas que va dejando a cada paso.-
“…A lo largo de mi corta vida aprendí que la envidia es el pecado capital del individuo y la hermana melliza de la hipocresía.
Aprendí también que la envidia es una sensación que afecta más a los frustrados que a quienes somos envidiados por nuestra belleza, inteligencia, triunfo personal, fama o fortuna.
Y, sin embargo, nunca concebí cómo el ser humano puede gozar con la desgracia ajena y entristecerse con la felicidad del prójimo…”