Para Eludir el castigo, algunos homosexuales se disfrazaban de mujer y se hacían pasar por prostitutas.
A fines del siglo quince, Venecia dictó una ley que obligaba a las profesionales a exhibir sus tetas.
Los pechos desnudos debían ser mostrados en las ventanas donde ellas se ofrecían a los clientes de paso. Trabajaban en un puente, cercano al Rialto que todavía se llama Ponte delle Tette.
Autor: Eduardo Galeano.
PD: Como decía Sor Juana Ines de la Cruz, "hombres necios...". Y para quien le interese, la pintura de toulouse Lautrec.
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